domingo, 23 de agosto de 2009

Incubos y súcubos: los demonios del sexo


Todo sobre esas criaturas infernales que atacan a hombres y mujeres durante la noche para pervertirlos, robar su energía sexual y matarlos a polvos

De entre los muchos demonios que atacan sexualmente a los hombres y mujeres, tal vez los más fascinantes sean los íncubos y los súcubos, unas terribles critaturas que pululan por el mundo desde el medioevo y pueden envenenar tu mente, extraerte la energía sexual y espiritual, endemoniarte, volverte loco de terror y placer y, si no pones remedio, incluso acabar con tu vida para mandarte directamente al infierno, sin contemplaciones ni ordalías. Vamos a retratarlos con cámara Kirlian para intentar prevenir, en la medida de lo posible, sus devastadores efectos:

el origen de los íncubos


ÍNCUBO (del latín incubare -“yacer”- procede el nombre de este demonio, que significa “me acuesto sobre ti”).
Descripción: Se trata de un demonio con forma masculina que ataca a las mujeres por la noche, en la cama, casi siempre mientras duermen. La apariencia del íncubo no es necesariamente atractiva, ya que no busca la seducción sino despertar en su víctima los instintos sexuales más bajos y primordiales. Dependiendo el país, el íncubo se representa unas veces como un enano barrigudo, otras como un señor alto, delgado y peludo, otras como un joven apuesto y bien vestido y otras incluso como un pájaro de fuego. En todos los casos, siempre está dotado de un miembro descomunal.
Nombres: Atienden a nombres como Zabulón, Leviatán, Belaam o Alpiel Efelios y, aunque hay varias teorías al respecto, se supone que, tanto ellos como los súcubos, descienden de los Nefelines, ángeles caídos en desgracia que engendraron una raza degenerada.
Modus operandi: El íncubo se cuela en la mente femenina y siembra la lujuria, provocándole sueños húmedos, pensamientos de lubricidad desviada o exagerada, para pervertirla antes de atacar. Tras varias noches de precalentamiento, el íncubo se materializa y copula con la mujer en unos coitos tan salvajes y placenteros que la humana se derrite en mil orgasmos, a veces entrecortados por momentos de lucidez que deriva en auténtico horror. A la mañana siguiente, la interfecta no recuerda casi nada, sólo que ha tenido un sueño húmedo, brutal y extraño y que, a juzgar por la cantidad de semen y sangre que hay en sus orificios, no ha sido una experiencia del todo irreal. Además, la víctima siente debilidad y abatimiento, ya que el íncubo ha empezado a extraer su energía erótica a través del coito.
Víctimas: Los íncubos atacan a todo tipo de hembras, sin importarles su edad, apariencia física o estado civil: lo mismo les da que sea guapa o fea, alta o baja, viuda, soltera o casada, embarazada o infértil, enferma o sana, ninfómana o anorgásmica: el caso es que sea mujer y que tenga una mínima energía sexual para alimentarse de ella, robándosela noche tras noche, de manera que el demonio se va haciendo cada vez más fuerte mientras su víctima (que, enganchada al placer, es capaz de dejar a su marido y todo para consagrarse al demonio) se debilita progresivamente, llegando en ocasiones a sufrir ataques al corazón o una muerte violenta ocasionada por el intenso placer sexual que su cuerpo, ya consumido, no soporta.
Consecuencias: En caso de que la víctima se quede embarazada, puede dar a luz a bebés muertos o a retrasados mentales, pero también a abortos con apariencia medio humana-medio animal, criaturas deformes, perversas y con especial inclinación por el mal. Se dice que el mismísimo Anticristo podría ser engendrado por un demonio lúbrico, si bien hay teorías que sostienen que de estos polvos aberrantes pueden salir seres con increíbles poderes mágicos: no en vano, hay expertos que juran que el mago Merlín era hijo de un íncubo y una prostituta.

Cómo deshacerse de un diablo erótico


Resulta extremadamente difícil quitarse de encima (o de debajo) a un demonio lúbrico, en primer lugar porque es necesaria una gran fuerza de voluntad: a nadie le amarga un dulce y los orgasmos que se alcanzan en las cópulas con estos seres son sobrenaturales, así que el primer paso es tener determinación y decidir librarse del demonio a toda costa, haciendo oídos sordos a sus cantos de sirena y rechazando sus ofertas sexuales. Luego hay que tender una trampa ritual para espíritus y encerrarlo en una botella, un cristal o un triángulo, lo cual requiere unos conocimientos de magia bastante avanzados.
También es posible deshacerse de estos demonios usando la gnosis liminal para reabsorber en el propio cuerpo las cualidades y el nombre de la entidad, eliminando toda asociación erótica, aunque sea a base de duchas frías o hielo en los genitales. Aunque suene rara, no es una técnica tan diferente a la que se suele usar para exorcizar amantes de carne y hueso.

La invocación de íncubos y súcubos


Botones para llamar íncubos y súcubos, de momento, no hay, pero en la escuela tántrica Kaula existen complicados ritos para invocar a este tipo de demonios sexuales. También en el universo de la magia hay ritos para atraer íncubos y súcubos, por ejemplo a través de la gnosis liminal (un estado intermedio entre el sueño y la razón en el que se puede controlar la acción onírica y hacer viajes astrales), las prácticas chamánicas (en ciertas tribus africanas hay brujos capaces de invocar demonios lúbricos dentro de un espejo para luego exterminarlos) o la evocación erótica (acumular energía e imaginación sexual mediante pornografía, masturbación sin orgasmo y otras técnicas, para concentrarse en la creación mental de una forma-sombra con la que hacer el amor).
Además, hay expertos espiritistas que, como Burroughs, han hablado del uso y dominio de íncubos y súcubos, es decir, agarrar al diablo por los cuernos para usarlo en provecho propio, ya sea para la autoexploración, para el placer o para encomendarle acciones determinadas, bien en el plano psíquico (adivinación, resolución de misterios, etc.), bien en el físico (asignándole tareas determinadas).
Sin embargo, todas estas prácticas son poco recomendables para individuos no curtidos en mil batallas mágicas y espirituales. Invocar y jugar con un súcubo o un íncubo puede ser muy perjudicial para la salud y la cordura, no sólo porque los coitos con la entidad chupen mucha energía (porque el ente la absorbe y también porque trabajar en ciertos estados de conciencia resulta agotador) sino porque el gran placer sexual alcanzado lleve al invocador a generar una dependencia que lo "enganche" a las cópulas con el demonio, arrastrándolo así a la ruina física y mental.

Diferentes teorías acerca de los demonios lúbricos


Aunque la tradición judeocristiana y la de otras culturas monoteístas ha considerado a los íncubos y a los súcubos como seres malignos, proyecciones monstruosas de la lujuria de los durmientes, metáforas tremendistas de las fantasías que causan las poluciones nocturnas o la parálisis del sueño, las teorías modernas los han descartado, calificándolos de supercherías o (en el caso de jung) relacionándolos de forma directa con el arquetipo del “ánima”.
Por otro lado, existen teorías profanas que ven a los demonios lúbricos como seres que se pueden dominar y utilizar para alcanzar altas formas de placer sexual y estados alterados de conciencia. william burroughs es uno de los pocos escritores modernos que trató y redefinió el tema en sus libros, artículos y entrevistas. En su novela El lugar de los caminos muertos (1984), un personaje de Burroughs habla de los espíritus-zorro japoneses, demonios capaces de adoptar cualquier forma (hombre, mujer o niño) para seducir a sus vícitmas y, en una conversación con victor bockris el propio escritor dijo lo siguiente:
“Los íncubos y súcubos pueden ser dañinos y destructivos. Como con cualquier situación sexual, el peligro depende de cómo la manipules. Todo sexo es potencialmente peligroso, porque nuestros sentimientos sexuales nos hacen vulnerables. ¿Cuánta gente ha sido arruinada por un amante? El sexo conlleva un punto de invasión y los súcubos y los íncubos simplemente nos hacen intensamente conscientes de esto. (…) El sexo es físico. Si fuera posible para cualquier persona pulsar un botón que hiciera aparecer a un íncubo o a un súcubo, creo que la mayoría de la gente preferiría tener relaciones sexuales con uno de estos demonios a las aburridas cópulas con gente real”.

imagenes de súcubos















































SÚCUBO (del latín succubus, de succubare -“yacer debajo”-)


Descripción: Es un demonio con forma femenina que ataca a los hombres durante la noche para robarles su semen. A diferencia del íncubo, el súcubo sí adopta una forma atractiva, pues sabe que los hombres se excitan por la vista y caen más fácilmente a los pies de una chica sexy. Según la zona geográfica, la leyenda varía y, aunque siempre se trata de mujeres hermosas, cambian algunas de sus características y su forma de hacer el mal: algunas mitologías hablan de demonios masculinos que toman la forma de mujeres muertas para consumir al hombre; otras, de beldades que viajan montadas en burro y poseen vaginas dentadas con las que castrar al hombre que las penetre; otras, de mujeres aladas que, cual mantis religiosas, se comen al hombre vivo durante el acto sexual… También hay cuadros que pintan a los súcubos como seres híbridos, mujeres humanas mezcladas con bestias, que lucen cornamentas, colmillos, cascos de caballo, alas de Cthulhu y otros complementos de pesadilla que acentúan su rara belleza.
Nombres: Los súcubos responden a nombrecitos tan exóticos como Ábrahel, Lilit, Rusalka, Florina Vasordiel o Iutzi.
Modus operandi: Es similar al del íncubo, aunque cuenta con la ventaja de que el hombre tiene menos barreras, piensa más con el pene y es más fácil de seducir, por lo que, casi siempre, no hace falta precalentarlo y se le ataca directamente bajo una forma atractiva, llena de curvas y redondeces. Tras una noche de muchas erecciones y eyaculaciones, mezcladas con punzadas de miedo y vértigo, vendrá la bajamar: una mañana de debilidad, cansancio y recuerdos borrosos y morbosos pero inquietantes. Como dice el profesor Manuel Carballa en su aterrador libro El síndrome del Maligno, “a no ser por los restos de semen o sangre encontrados entre las sábanas, la víctima sólo recordará la experiencia como un sueño”. Esto al principio, luego la cosa se convertirá en obsesión y, muchas veces, aún consciente de estar bajo el influjo de un súcubo, el hombre no podrá evitar derramar su energía seminal cada noche, dejando trabajo, mujeres, hijos y amantes para entregarse en cuerpo y alma a su demonio nocturno... hasta la muerte.
Víctimas: Los súcubos atacan a todo tipo de hombres, aunque tienen preferencia por los más espirituales, sobre todo artistas y religiosos. No hay más que echar un vistazo a la clásica novela gótica El monje, escrita por Matthew Gregory Lewis en 1796, en la que un sacerdote acaba en el infierno por culpa de un demonio camuflado bajo la forma de una bella mujer.
Consecuencias: Según el Malleus Malefica o Martillo de las Brujas (la guía para la caza de brujas más importante del Renacimiento) los súcubos no derraman el semen de sus víctimas, sino que lo recolectan y después lo usan para embarazar mujeres y crear monstruos. En otros textos de la época se especifica que los súcubos, al recibir el semen en su interior, desarrollan un pene y se transforman en íncubos para más tarde reinyectar ese mismo semen en víctimas femeninas.

imagenes de hadas






















el origen de las hadas


El origen de la palabra “hada” proviene de la traducción del latín “fatum”, que significa “hado” o “destino”.
Se trata de una criatura fantástica, celestial, con aspecto de bella dama, muchas veces alada. Se dedica a proteger a la Naturaleza y está emparentada con el mundo sobrenatural de los gnomos, sirenas, duendes, elfos y gigantes.
En los cuentos populares de la Edad Media se vincula a las hadas con hechizos y encantamientos producidos a través de la manipulación oratoria -rasgo compartido con las sirenas-. Se dice, también, que utilizan diversas hierbas para mantenerse hermosas y joviales, además de atesorar riquezas.
Aunque parezca que actúan inocentemente, sus actitudes suelen parecer perversas. En la mitología de Cantabria se las denomina “anjanas”. Por ejemplo, las anjanas del Valle de Aras se caracterizan por tener unos pechos de gran tamaño, ser feas, y cambiar de aspecto voluntariamente.


Las Hadas Perversas De Cantabria
Esta clase de hadas existen también en la isla Gotland, en Suecia. Son, además, típicas de Galicia (conocidas bajo la denominación de Sacias), de Cataluña (Fadas y Goljas) y de las Islas Baleares (Damas de Aiguo).
Cabe destacar que los mitos nórdicos y helénicos -poblados de dríades y ninfas, comunes en la literatura homérica y ovidiana- ejercieron notable influencia en nuestra concepción sobre las hadas.
Con el paso del tiempo, Escocia, Irlanda, Gales y muchos otros pueblos de Europa fueron construyendo un corpus vivo de tradiciones colectivas acerca de estos seres fantásticos, nutrido por las leyendas célticas.
Al principio, las hadas eran antropomórficas, pero los pequeños y traviesos seres descritos en los dramas shakesperianos modificaron la idea que de ellas se había forjado Europa, en especial los escritores ingleses.
Entre las caracterizaciones de estas criaturas encontramos que pueden ser buenas o perversas, que brindan y reclaman auxilio a los hombres y que pueden ser peligrosas porque castigan a quien no cumple sus deseos.
Muchas hadas fueron, en un pasado, mujeres humanas que se transformaron en criaturas del Ultramundo por haber cometido alguna infracción contra la naturaleza.
Se dice que las hadas pueden ser “desencantadas” en fechas concretas del año como “la noche de San Juan”... Ese día, suelen asomarse a las aguas límpidas de un lago y solicitar el retorno a su auténtica forma.

imagenes de brujas.






















brujas




La palabra bruja se puede emplear en ambos géneros, aunque el cambio de género conlleva connotaciones distintas y es mayormente expresado en femenino. Etimológicamente, bruja parece derivar del íbero "bruixa" y más claramente del gallego 'bruxa'.
El término abarca tres conceptos distintos:
Por un lado se aplicaría a una mujer con una supuesta capacidad de poderes sobrenaturales.
Por otro, se aplicaría a aquellas mujeres versadas en la Alquimia y en hechizos o recetas mágicas.
Por último, la iglesia católica considera además a las brujas como a aquellas mujeres que sin poseer tales capacidades o conocimientos participan en aquelarres. Es decir, en rituales de corte satánico.
Al contrario que los magos, las brujas están más identificadas con la alquimia y las artes adivinatorias mientras que los magos estarían menos perseguidos y más identificados con las artes de prestidigitación y la sabiduría. El término brujo es minoritario.
Evolución histórica del términoEl origen de las brujas es con toda seguridad pagano. Dichas mujeres existían tanto en la cultura griega (con elementos inconfundibles de las bacantes vestimenta, jerarquía, consumo de drogas y rituales con animales) como en la cultura germánica (unidas a ritos ocultistas) y hebrea (unidas a poderes sobrenaturales). Los hebreos tomaron a su vez la idea de Mesopotamia. Documentos históricos demuestran la existencia de mujeres muy preparadas en artes médicas, prácticas de abortos y dominio de venenos.
El arte de volarEstá claro que los alucinógenos están detrás de las fantasías sobre brujas voladoras. En ciertas drogas como la belladona, la separación entre la dosis efectiva y la letal es muy estrecha, por lo que el veneno no puede ser ingerido. Palos con ungüentos con dichas drogas son el origen de la cultura de las "escobas voladoras". Dichos palos servían para consumir el alucinógeno por via anal o vaginal. Otra droga relacionada con la brujeria podría ser el beleño.
Transformación en animalesTodas las culturas tienen entre las atribuciones de las capacidades de magos, brujas o hechiceros las de transformarse en animales. Aunque la cultura popular del norte de Europa atribuye a las brujas la transformación preferente en un gato negro.
Para los indios mapuche (Chile) las Chon-chon, o brujas, son capaces de transformarse en pájaro.
El aquelarreDurante la Edad Media se vincula la figura de la bruja a su participación en fiestas de carácter orgiástico denominadas aquelarres (que en vasco significa "campo del chivo"). Se creía que en estos aquelarres (o sabbat) las brujas mantenían relaciones carnales con Satanás que adoptaba la figura de un macho cabrío.
Estas reuniones parecen ser el residuo de los ritos femeninos griegos y romanos al dios baco y otros ritos de origen tracio. Y seguramente las denominadas brujas eran las herederas de lo que quedara de las sacerdotisas bacantes con la entrada del cristianismo. El macho cabrío parece corresponder más al dios de la fertilidad pan y los sátiros.
Las reuniones en montes o cuevas de montaña al calor del fuego son típicas de los cultos de origen tracio. Despedazar animales o untarse con sangre forma parte del rito bacante.
La Santa InquisiciónEn la Edad Media comienza la persecución de todos los ritos paganos, todo lo que no es cristiano es perseguido por su presunta vinculación con el maligno. Sin embargo, es con la Contrarreforma y con los distintos cismas protestantes cuando la persecución de la brujería se incrementa notablemente. Fue con la bula papal Summis desiderantis affectibus, del Papa Inocencio VIII el 5 de diciembre del año de 1484, con la que se legitimó la persecución de brujas, tortura y ejecución, generalmente ardiendo en la hoguera, empezando así La Inquisición a perseguir la hechicería.
Es en este periodo cuando se escribe el Malleus Maleficarum (Martillo de Brujas), escrito en 1486 por los inquisidores Henry Intitoris y Jacques Sprenger, dominicos, profesores universitarios de teología en Colonia, un compendio de descripciones de tipos de brujería, cómo reconocer una bruja y los distintos métodos de tortura a aplicar.
También en 1538 Pedro Ciruelo escribe su "Reprovación de las supersticiones y hechizerías". La figura histórica más famosa que fue condenada a arder en la hoguera bajo la acusación de bruja fue Juana de Arco.
En España, la Inquisición dejó de perseguirlas a raíz del proceso de las Brujas de Zugarramurdi (segunda mitad del siglo XVII), en el que los inquisidores se encontraron ante la posibilidad de tener que quemar a varios miles de mujeres si resultaban condenadas. Resolvieron la cuestión declarando que no tenían pacto con el diablo y desde entonces no se quemó a ninguna otra.
Su reflejo en la literatura infantilLa bruja tiene un papel esencial en los cuentos infantiles, como en los recopilados por los Hermanos Grimm, es el personaje malvado arquetípico. Las brujas de cuento más famosas son: La madrastra de Blancanieves que intenta asesinar a ésta con una manzana envenenada. La bruja de La Sirenita (el relato de H C Andersen), que realiza un pacto por el cual le dota de unas piernas a cambio de su voz.
La bruja malvada de La Bella Durmiente, capaz de convertirse en dragón. La bruja de la casita de chocolate de Hansel y Gretel. La Baba Yaga del folklore ruso, reflejada en el relato homónimo de Aleksandr Nikolaievich Afanasiev, una vieja bruja que habita en una casa mágica que es capaz de caminar sobre patas de ave.
La belleza y la fealdadTradicionalmente se asocia la imagen de la bruja a una mujer anciana, fea y especialmente desagradable, sin embargo se creía que entre sus poderes estaba el de poder modificar su aspecto a voluntad mostrándose como una joven hermosa y deseable. La bruja utilizaría esta apariencia para seducir a los hombres y llevarlos a la perdición.

fotos de algunas casas embrujadas
















casas embrujadas


No hay ciudad o pueblo que no tenga una casa embrujada, aquella que desde niño miramos con miedo, más que nada porque se trata de un lugar abandonado y en mal estado, sobre el cual pesan una serie de historias, que en la mayoría de los casos son inventadas para justificar el porqué nadie las habita.Pero no todas estas casas embrujadas son puro cuento, o están deshabitadas. Hay algunas en donde realmente suceden cosas extrañas, aún con gente en su interior. La sede de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Viña del Mar es un ejemplo: las historias que se cuentan sobre esa casa y la cantidad de incendios sin explicación que registra Bomberos, ha dado pie para muchas leyendas. También está el conocido fantasma del Palacio Rioja, que se ha dejado ver y sentir en reiteradas oportunidades en los salones en donde funciona el Conservatorio de Música.Pero hay casos en que estas extrañas presencias al interior de una casa han ido más allá de simples apariciones. Uno de los casos más perturbadores que registra la historia es el ocurrido en la localidad de Amityville, en Estados Unidos, donde una familia fue literalmente expulsada de su vivienda por entes de naturaleza desconocida, y hasta el día de hoy nadie ha sido capaz de volver a habitar esta casa. Los protagonistas del caso, que incluso inispiró una película, nunca quisieron hablar de lo que realmente ocurría en esa casa, hasta que hace algunos años dieron una entrevista a un programa periodístico en Estados Unidos, donde revelaron sólo parte de la espeluznante experiencia que les tocó vivir en la casa de Amityville.
112, OCEAN AVENUEEsta historia tiene como escenario una casa ubicada en el 112 de Ocean Avenue, en Amityville, Nueva York. La madrugada del 15 de noviembre de 1974, el hijo mayor de la familia DeFeo, de tan sólo 17 años, asesinó a sangre fría a sus padres y hermanos, con un rifle, dejando un total de seis personas muertas.Los investigadores no tenían ningún indicio que les permitiese sospechar de alguien en concreto, hasta que uno de los detectives que recorría las habitaciones de la casa en busca de alguna pista encontró en la pieza del único superviviente dos cajas de cartón de balas para un rifle.Las investigaciones comenzaron a arrojar resultados asombrosos, como un robo que el joven habría cometido contra su abuelo y sus extraños cambios de humor. Después de largos interrogatorios, la policía consiguió la confesión, y el joven fue condenado a 25 años de prisión.UNA CASA POSEIDA POR EL ESPIRITU DEL MALPero la verdadera historia de Amityville comienza días después, el 28 de diciembre de 1974, veintiocho días después de los asesinatos. Ese día, otra familia, compuesta por el matrimonio de George y Kathy Lutz, se mudó al lugar donde había ocurrido la masacre. La casa, espaciosa y de muy bonita arquitectura, estaba a la venta a un precio excepcionalmente barato, y los Lutz decidieron obviar los violentos hechos ocurridos con antelación y compraron el inmueble, aunque solamente pudieron ocuparlo 16 días debido a los extraños fenomenos que se sucedían...Desde el primer momento en que ocuparon la casa, el matrimonio y sus hijas pequeñas sintieron una presencia sobrenatural, que se iba haciendo más fuerte cada día. Al principio, se escuchaban ruidos extraños a lo largo del día; luego, comenzaron a aparecer manchas en las paredes y malos olores sin motivo aparente, y las puertas y ventanas se abrían solas.Kathy Lutz agregaría que en reiteradas ocasiones se sintió observada en ciertas partes de la casa, principalmente en las habitaciones, y que una vio unos ojos rojos que la miraban desde la oscuridad a través de la ventana. De repente, comenzó a tener pesadillas repetitivas con los crímenes sucedidos en la casa, pero soñando que las víctimas eran los componentes de su familia.La suppuesta entidad que habitaba la vivienda trató incluso de apoderarse de los cuerpos de sus residentes, manipulándolos a su propia voluntad y obligándolos a cometer actos de naturaleza violenta, algo en lo cual los Lutz nunca han querido ahondar.A los pocos días de habitar el lugar, el matrimonio se convenció de que la casa estaba poseída por una presencia demoníaca y recurrió al sacerdote de la iglesia más cercana, quien contaría después que al tratar de bendecir la casa, escuchó una voz que lo echaba, una voz que surgió de la nada desde la planta más alta de la casa y que gritó: ¡¡¡ LARGATE DE AQUÍ !!!. Según los relatos de la época, cuando el sacerdota ingresó a la casa, el ambiente se llenó de un olor putrefacto y una nube de moscar invadió el lugar. El religioso debió luchar con una fuerza física que le impedía acercarse a la casa y finalmente fue violentamente expulsado.La visita del sacerdote marcó el punto en que los sucesos paranormales se incrementaron, George empezó a sentir presencias extrañas también, e incluso sentía miedo a abrir los grifos pues suponía que una presencia maligna podía salir de ellos si abría la llave de paso. Las alucinaciones se hacían más comunes y la desconfianza en la familia se acrecentaba, George afirmaba que su mujer se estaba tranformando en una bruja pués, según él, se le estaban cayendo los dientes y el pelo. Tal punto que los Lutz debieron abandonar para siempre la casa, que desde entonces se encuentra deshabitada y sobre la cual pesa el estigma de la leyenda de Amityville.